La Biblioteca Municipal se convirtió en el punto de encuentro de personajes aterradores y todo tipo de monstruos. Personas de todas las edades disfrutaron de unas horas llenas de sustos, pero también de mucha diversión.
El protagonismo indiscutible de la tarde se lo llevó el pasaje del terror. Un recorrido que la asociación Juvenalh decoró para la ocasión y en el que se escucharon muchos gritos de terror.
Pero el pasaje no fue el único pasatiempo del que se pudo disfrutar, en el exterior se colocaron castillos hinchables con diferentes temáticas y también se organizaron talleres, donde los niños tuvieron la oportunidad de hacer distintas manualidades. Los más mayores contaron con una barra en la que se sirvieron buñuelos con chocolate, además de refrescos y otros tentempiés.