Alhaurín el Grande participa desde el viernes en un plan comarcal de prevención contra el mosquito que transmite el virus del Nilo. El pasado viernes se celebró una reunión en Cártama con representantes técnicos y políticos de ambos ayuntamientos, así como de los consistorios de Málaga, Alhaurín de la Torre, Pizarra y Álora, en la que desde la Delegación de Salud de la Junta de Andalucía se informó de las medidas que forman parte de este plan.
Entre ellas, destaca la información a la población sobre qué pueden hacer para evitar en el Guadalhorce lo que el año pasado ocurrió en la cuenca del Guadalquivir, en la que esta especie invasora llegada de África afectó a 76 personas, de las que 9 fallecieron.
“El humano y los caballos son vectores accidentales, no propagan la enfermedad pero la pueden padecer. En un porcentaje alto ni siquiera tienen síntomas, pero en situaciones de mayor edad, o de inmunodepresión por enfermedades o por estar atravesando tratamientos oncológicos, si el virus atraviesa la barrera y llega al cerebro, puede ocasionar encefalitis, meningitis, y algunas veces incluso la muerte”, explica Belén Vera, concejala de Sanidad.
El mosquito transmite la enfermedad que se detectó en el Nilo y viaja a través de las aves migratorias. Todas las larvas infectadas tienen la capacidad de transmitir el virus.
“Por eso la importancia de prevenir. A cada municipio dependiendo del grado de riesgo se le ha pedido un plan municipal de prevención que se adjunte a los planes de control de plagas que ya tenemos. Dentro del Valle del Guadalhorce, Alhaurín no tiene un riesgo alto, pero sí que hay que atender a lugares donde pueden proliferar las larvas”, añade la edil.
La prevención es fundamental para evitar las picaduras. Por eso, desde la Concejalía de Sanidad se recuerda a la población la importancia de ir al campo con ropa larga, no exponerse en lugares donde haya proliferación de mosquitos, especialmente desde el atardecer al amanecer, y utilizar repelentes.
A nivel doméstico, intentar usar mosquiteras en las viviendas, vigilar el agua estancada que se hacen en los platos de las macetas, echar lejía o cloro en los sumideros de los patios y terrazas para que no proliferen las larvas, y vaciar las piscinas que no estén en uso. De esta forma, se evitan los lugares húmedos y los reservorios de agua de donde salen los insectos.
Además de estas medidas dirigidas a la concienciación de población, el programa recoge otras actuaciones en las zonas de riesgo destinadas a mejorar su gestión ambiental.